La cocina de una sociedad
Nos une nuevamente al Centro Cultural Recoleta la muestra “Arte al Plato” y nos ofrece la oportunidad de reflexionar acerca de los alimentos y de su consumo.
La antropología desde muy diversas corrientes nos ha mostrado como los diferentes modos de consumir alimentos constituyen una producción tanto material como simbólica, cabe para ello recordar las palabras de Claude Lévi Strauss “la cocina de una sociedad es un lenguaje en el que se traduce incoscientemente su estructura”, este lenguaje se halla no sólo en las fuentes escritas, sino también en los recuerdos, en las tradiciones y especialmente en los objetos y obras elaboradas por un conjunto social. Los alimentos intervienen en la conmoción emotiva, expresan el lugar de los sujetos en la sociedad y se incorporan a la cultura, los griegos ya lo decían: “la mesa es la mediación de la amistad”.
Esta exposición es una oportunidad para revalorizar ese capítulo de la plástica que forma parte de la obra de los grandes maestros de la pintura, visto hoy con la visión del arte contemporáneo.
Comision sala 10
Jacobo Fiterman
Juan Cambiaso
Alejandro Corres
Facundo Gomez Minujín
Resonancias
La pintura de naturalezas muertas como género independiente se remonta al norte de Europa, más precisamente en Holanda en el 1650 al decaer las temáticas religiosas. El termino “stilleven”, tomado del holandés no significa originariamente otra cosa que “modelo inerte”, “naturaleza inmóvil”, un siglo más tarde en Francia fue acuñado el termino “Nature Morte”, “Naturaleza Muerta” explicando la representación de objetos inmóviles y cosas inanimadas. Se consideraba entonces carácter distintivo del arte un orden: de lo inanimado a lo animado; esquema que permitía encauzar el contexto social en tránsito de la organización feudal medieval a la organización social burgués mercantil.
La naturaleza muerta brindó a los artistas un campo apropiado para demostrar sus cualidades, exigía tanto una reproducción realista de los objetos como el empleo de efectos ilusionistas con la mayor consecuencia y radicalidad. La representación de estos elementos pretendió recordar al espectador lo transitorio del tiempo. En los comienzos, los objetos representados mantenían el valor alegórico que habían tenido en el período religioso anterior, simbolismo que fue tranformándose al comenzar a utilizarse sutiles símbolos de intención moralizante cuya interpretación estaba llena de obstáculos. Los cuadros podían ser contemplados por su apariencia o podrían descubrirse en ellos reflexiones de otro orden, la forma de representar lo “inanimado” ya reflejaba el contexto y para el entendimiento de aquellas naturalezas muertas, era importante comprender el entorno simbólico y las alusiones emblemáticas.
Con el título “Resonancias” la exposición reúne obras de reconocidos y emergentes artistas y evoca el efecto de Naturalezas Muertas, esto no implica un colapso total con las imágenes originales de este género, más un despertar del sentido de construcción histórica del arte a través de la diversidad de obras propuestas, propias del desconcierto del arte contemporáneo por su grado de especialización e integración del desafío permanente. Las pinturas, fotografías, dibujos, intervenciones digitales, objetos, esculturas e instalación seleccionadas dan cuenta de específicos procedimientos de elaboración así como de temas que caracterizan nuestro tiempo; aluden tanto al respeto por la innovación artesanal y tecnológica como a los cambios en las identidades individuales y colectivas, a la producción y control de la vida, a la desligación social y el individualismo, al ecologismo, a la desintegración social y violencia polimorfa, a las identidades ancestrales y étnicas, al consumismo, al subjetivismo y hedonismo. Nada es tan extraordinario como el surgimiento de nuevas visiones; desde esta perspectiva las obras no tienen un fundamento único y no pueden tenerlo; surgieron desde diferentes maneras de mirar el mundo y reflejan como los artistas registran de manera particular tanto los cambios como la estrecha vinculación entre conocimiento y producción.
Micaela Patania
Curadora