Otras cartografías
Toda cartografía es una representación en el plano de una superficie real compleja y múltiple. La principal dificultad para su construcción, el pasaje de la esfera al plano, fue resuelta en el siglo I D.C y ha ido perfeccionándose a partir de los progresos en las técnicas de proyección cartográfica con la incorporación de la retícula de meridianos y paralelos. Los mapas políticos, representación de las fronteras de un país y de los límites de un estado-nación, sin lugar a dudas son los más arbitrarios porque no reproducen, como en el caso de los mapas geológicos, hidrográficos y de vegetación fenómenos concretos y naturales, sino procesos históricos de por sí cambiantes y modificables a lo largo del tiempo de acuerdo a los efectos que sobre sus líneas producen la dinámica de las fuerzas políticas y las relaciones internacionales. No obstante, la fuerza de la convención convierte al mapa de un país y en particular a su contorno, en un icono, en una gestalt que puede identificarse en un golpe de vista.

Otras Cartografías presenta las reflexiones de artistas argentinos de diversas generaciones acerca de las cartografías construidas para hacer el mundo más predecible. Ante la cambiante realidad que determina un mundo menos predecible los artistas elaboran mapas propios, los intervienen o reinventan; bajo diferentes operaciones territorio y lugar, relevantes bajo las condiciones de globalización son citados aludiendo al regionalismo, a la globalización, a sus límites, a sus fronteras, a sus nomenclaturas y a la relación entre civilizaciones.

Las obras dan cuenta de una práctica intelectual que al identificar la crisis pretende reordenar la relación entre territorio y espacio socioeconómico y político trascendiendo las fronteras de la geografía. Están presentes la dirección incierta de los flujos políticos económicos que carece de precedentes históricos así como la conciencia de un proceso contingente repleto de conflictos y tensiones, cargado de desafíos en el que la recomposición del poder, la transformación de la noción de estado- nación como unidad autogobernada y autónoma, la actividad social y económica ceñida a límites territoriales no nacionales y la profundización de patrones transcontinentales de acción social.

El pensamiento relacional del que dan cuenta centra su análisis en el espacio del Mundo y desde visones críticas y lúdicas manifiestan su preocupación por lo que está en Juego: el concepto de un mundo, de sociedad, de país. El interés de cada artista acuerda con sus creencias y nos recuerda que las cosas del arte no son diferentes de otros objetos sociológicos, que el arte crea su mundo y se construye como transformación de la realidad extraestética en la que el artista concentra las fuerzas en aquellas esferas en las que indaga sus resultados con una creciente libertad.
En tanto Jean Beaudrillard afirma “Hoy no queda nada, salvo el mapa, abstracción virtual del territorio, estos mapas, todavía flotan y van a la deriva y con ellos algunos fragmentos de lo real” en El asesinato de lo real; Immanuel Wallerstein en “The end of the world as we know it” ha sugerido que el sistema mundo moderno se aproxima a su fin, ingresando en una transición hacia un sistema histórico nuevo cuyos contornos no conocemos aún, pero cuya estructura podemos ayudar a modelar.

Cabe entonces pensar que junto al posible agotamiento de la representación tradicional del mundo, a través de esta crisis es pertinente conservar la esperanza en la aparición de un nuevo tipo de sociedad que disponiendo de territorios con medios de comunicación como jamás ha ocurrido en el pasado expanda la cultura por todas partes. Es en esa dimensión comunicacional donde el arte se constituye en una herramientas que posibilita el desarrollo humano.

Micaela Patania*
Curadora

(*) NYU Museum Studies